10 de abril de 2010

El Profeta (III)...

"... Entonces, Almitra habló nuevamente: "Maestro, ¿qué puedes decirnos sobre el matrimonio?"

Y su respuesta fue: "Juntos nacieron y juntos estarán para siempre. Estarán juntos cuando las alas blancas de la muerte despidan sus días. Y también en la memoria silenciosa de Dios estarán juntos. Ámense con devoción, pero no transformen el amor en una atadura. Hagan del amor un inquieto mar entre las orillas de sus almas. Cólmense uno al otro sus copas, pero no beban de una misma copa. Compartan el pan, pero no coman del mismo pedazo. Canten y bailen juntos, y esten felices, pero que cada uno de ustedes sea independiente. Las cuerdas del laúd están separadas aunque vibren con la misma música. Entreguen sus corazones, pero no para que sus compañeros se adueñen de ellos. Porque sólo la mano de la vida puede contener los corazones. Y permanezcan juntos, pero no demasiado. Porque los pilares sostienen el templo, pero están separados. Y ni el roble crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la del roble..."

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